La vida es un regalo, de María de Villota

15/7/14

192 páginas | Género: Biográfico | Autoconclusivo
Editorial Plataforma

SINOPSIS

María de Villota es un ejemplo de cómo combinar optimismo e inteligencia puede ser la mejor manera de afrontar la vida. Su tesón, el que le sirvió para superar barreras y crecer en un mundo tan masculino como el de la Fórmula 1, le ha servido también para recuperarse del terrible accidente que sufrió y afrontar el futuro y retos con vitalidad. Es un referente de superación y su historia nos recuerda la importancia del hecho de vivir, olvidado tan a menudo en la sociedad occidental. La expiloto de Fórmula 1 relata en esta obra el vuelco que dio su día a día tras el fatal accidente en el que perdió un ojo en el transcurso de una carrera en el verano de 2012. Lejos de caer en el desánimo, su tenacidad y su coraje han sido más poderosos que aquel trágico suceso. Un testimonio conmovedor y apasionante de una mujer que no ha renunciado a seguir pilotando con mano firme su propia existencia. 

OPINIÓN

No me gusta la Fórmula 1. No me gustan los deportes de motor. No he sido deportista jamás. No leo libros autobiográficos ni de superación personal. Y no me arrepiento de haber leído este libro. 

Con 5 años, vestida con una réplica
del mono de piloto de su padre.
María de Villota fue una de las primeras mujeres en pilotar Fórmula 1. Lo llevaba en la sangre, porque quiso ser como su padre. Luchó, y mucho, para poder cumplir su sueño, y cuando llegó, un accidente casi le roba la vida. Sin embargo, no salió indemne: perdió el ojo derecho, parte de su cráneo, masa cerebral y el coraje para mirarse en los espejos. A pesar de ello, María fue capaz de sentirse agradecida por el regalo que es la vida. 

Está escrito en forma de pequeños textos con títulos en los que cuenta sus comienzos en la Fórmula 1, recuerdos de infancia en los que es palpable la pasión que siente por el deporte del motor, la convalecencia después del accidente y el duro proceso de asimilarse a sí misma con un ojo menos, que le impide volver a competir. 

Honestamente, no es la panacea literaria, está claro que María quería contar su historia, y con suerte, poder inspirar a otras personas a superar sus retos y sentirse agradecidos por estar vivos. A mí me gustó porque, por mucho que no me sienta identificada con sus gustos o su forma de vida, es incuestionable que su vida fue apasionante. El amor por el deporte llevado a su máximo exponente, donde ella se siente a gusto y en perfecta sintonía con el universo. Empecé a ver con otros ojos esta clase de deportes, muy desconocidos para mí, y que aunque sabía que era duro llegar a lo más alto, no sabía que lo era tanto. También me sorprendió el machismo inherente al deporte, y no puedo evitar sentir resquemor por ello. Me parece injusto, y solo espero que con el tiempo se vaya equilibrando la balanza entre ambos sexos. Por desgracia, a las mujeres todavía nos queda mucho por luchar. 

Entiendo que el libro no parezca atractivo, pero a mí me resultó estimulante porque me hizo adentrarme en un terreno desconocido, en una forma de vida muy diferente a la mía. Cuando lo terminé me sentí exultante, con ganas de comerme el mundo. Una sensación equiparable a cuando he visto vídeos de superación personal y motivación. Sin duda, no me arrepiento de haberlo leído. 

Por desgracia, María de Villota murió el octubre pasado a consecuencia de las secuelas del accidente, días antes de presentar en libro oficialmente. Al menos nos queda su relato. 

P.D.: Si ponéis en Google su nombre, aparecerán imágenes de la reconstrucción en 3D de lo que el accidente le hizo a su cráneo. Me parece increíble que esa mujer pudiera sobrevivir a semejante destrozo. Si sois muy sensibles, no os recomiendo que las veáis. Si no lo sois, os animo a que os asombréis como yo de lo que la ciencia fue capaz de hacer para salvarle la vida a María.

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